Como Camus, en El extranjero, oímos la historia contada por el protagonista cuya primera acción es despertar. El giro es el hecho de estar ante un narrador-protagonista que, como se ha dicho, se constituye como simple testigo de sus actos, que nada puede aclararnos sobre sí mismo ni sobre sus circunstancias, lo que le convierte en el hilo conductor de todos los acontecimientos. Todos estarán referidos a él como elemento radical.