Gabriel es un individuo promedio, estudiante universitario de la ciudad de Concepción. Todo cambia cuando es alejado de su núcleo familiar. Alquila una habitación de un departamento ubicado frente a la cárcel. A lo largo de esos meses el tiempo transcurre entre inviernos, sol y necesidades. Está en el olvido. El día a día se convierte en un ir y venir a trabajos esporádicos, estadios de fútbol, la universidad, bares y círculos de músicos. Algunas verdades aparecen y el sentido de urgencia sobre el aprendizaje comienza a tomar forma.