Pero cabe preguntarse si de verdad ha cambiado algo. Porque muchas de las interpretaciones que se siguen haciendo son banales y a la defensiva. Cuesta asumir la responsabilidad común y entender que la corrupción sexual es a menudo el último eslabón en la cadena de los escándalos.
A lo largo de este libro se analizan las causas y la dinámica de los escándalos sexuales y de los abusos contra menores. Es cierto que la sensibilidad ha cambiado, al menos a nivel institucional, pero otras cosas se resisten tenazmente al cambio; por ejemplo, la idea de que la culpa es de alguien en particular, pero el problema afecta y es responsabilidad de todos.
La propuesta renovada de una formación permanente que acompañe toda la vida, en los momentos serenos y en las crisis, a nivel personal e institucional, ayudará a vivir desde Dios la sexualidad y el celibato. Y a que nadie abuse de nadie