Al llegar la adolescencia, muchos padres se preguntan dónde fue aquel niño (o niña) amable, generoso, agradecido, hablador y alegre, y dónde quedó todo aquello que le enseñaron. Algunos progenitores desaprovechan tristemente la etapa más rica, la de mayor cambio y crecimiento de sus hijos. Aquella en la que pasan muchos de los últimos trenes importantes a los que subir.236