La adopción internacional se ha convertido en un fenómeno social en España, que ocupa, detrás de EEUU el segundo lugar en el mundo en número de solicitudes de adopción de menores extranjeros. El traspaso de competencias desde el Estado a las Comunidades Autónomas hizo que se empezaran a crear agencias de adopción que facilitaron la, hasta entonces difícil, tarea adoptiva a los interesados. La adopción internacional pone sobre la mesa varias administraciones estatales, autonómicas y locales de dos países: de España y del país de origen del menor. El hecho de casar sistemas distintos, culturas diferentes y dispares maneras de realizar gestiones, más la espera que supone todo esto, hace que muchas veces se pierda la paciencia e incluso se tire la toalla a mitad del camino; pero en realidad la adopción es eso, un camino a recorrer, de rosas, pero con espinas, en el que al final nos encontramos con un resultado maravilloso.