Ante la heterogeneidad de los elementos comprendidos bajo la común denominación de adverbio, cabría preguntarse si no sería preferible suprimir esta parte de la oración y distribuir sus diferentes tipos de unidades entre aquellas otras con las que, por sus peculiares características, guardan relación. Lejos de optar por tal solución, el autor del libro, teniendo en cuenta la diversidad de situaciones que presentan las unidades o grupos de unidades que componen la categoría adverbial, ofrece al lector una visión coherente y satisfactoria, basada en principios gramaticales sólidos, acerca de su funcionamiento, en consonancia con su idiosincrasia.