Goodbye, Columbus obtuvo el National Book Award y proporcionó instantáneamente a Philip Roth una reputación de escritor explosivo en el ingenio, despiadado en la percepción y, al mismo tiempo, con un don especial para comprender a sus personajes, incluso a los que más se engañan a sí mismos.
«A diferencia de quienes llegamos a este mundo ciegos y desnudos y llorando, el señor Roth ha nacido ya con uñas, con pelo, con dientes, y hablando a la perfección. Posee talento, posee ingenio, está lleno de fuerza y se desempeña como un virtuoso», Saul Bellow; «Un texto superior, asombrosa, incandescentemente vivo», The New Yorker; «Una obra maestra», Newsweek.