La confrontación final entre el Motorista Fantasma y Lucifer empieza aquí. El Espíritu de la Venganza, que vuelve a estar controlado por Johnny Blaze, descubre que, para derrotar al demonio, quizás tenga que hacer algunas cosas realmente malas. El destino del mundo mortal, y quizás también del mundo al que pertenecen los inmortales, puede afrontar su destrucción definitiva como consecuencia de esta encarnizada lucha. ¡Y quizás el cielo no esté dispuesto a permitirlo!