Argumento de Gente que Vino a Mi Boda
Con este nuevo libro, tras su extraordinaria novela "Una vida inesperada", Soledad Puértolas confirma su firme vocación de escritora de relatos, su obsesión por fijar fragmentos de realidad, de historias, fragmentos que, en sí mismos, crean un mundo pleno y sugerente. Personajes huidizos que repentinamente acaparan el primer plano para decirnos alguna verdad, alguna duda, conviven en este volumen con personajes que recuerdan, reflexionan y tratan de buscar ese delgadísimo hilo que ha ido recorriendo los días tan diversos de sus vidas. Búsquedas de verdades, de dudas, de unidad, búsquedas que casi no pueden formularse.
Una sensación de irrealidad irrumpe de pronto en la vida cotidiana y la transforma, lo conocido se hace desconocido, lo desconocido se hace extraordinario. Inmersos en estas sensaciones, envueltos en la vida siempre fantasmagórica, muchos de estos personajes, tanto hombres como mujeres, parecen empeñados en construir, en perseguir, una identidad, un amor, la identidad de los otros. Desde el adulto que recuerda, entre nostálgico e irónico, a un amigo de juventud, y que nos hace revivir sensaciones casi adolescentes, a la mujer que se niega a dormir para que la vida no se le escape, los diferentes personajes que desfilan por estas páginas miran de golpe al fondo de los ojos del lector en busca de cierta complicidad o cierto apoyo, o sólo para comunicar su conmoción.
El último de los relatos, que da título al volumen, es casi una novela corta y va desgranando, a través de la memoria de una mujer que cose en un rincón del cuarto, la sensación de transitoriedad y de permanente azar que nos proporciona la vida. Porque nada es definitivo, nada se ha cerrado del todo. Desde el rincón de la costura, se rememora, se espera, se actúa.1