Gaturro no es un gato como los demás. ¿Por qué? Pues porque es un romántico incurable. Está perdidamente enamorado de su vecina, una gata presumida llamada Ágata, y haría cualquier cosa por conquistarla. Pero, ¿realmente haría cualquier cosa? «¡Claro que sí!», dirás. ¿Y si eso incluyera viajar hasta una extraña isla para romper el hechizo que mantiene a su enamorada cautiva? «¡Gaturro sería capaz de ir a la Luna por Ágata!», responderás. Pero, ¿qué sucedería si al llegar a la isla aparecen como por arte de magia cinco Ágatas, todas exactamente iguales? Y lo que es peor: cada una afirma que ella es única y verdadera. Bueno, ahí la aventura da un giro inesperado, es cierto. Pero Gaturro no se queda atrás...