Docentes, educadores, padres y madres, cocineros, aprendices de cocina, aficionados gastronómicos y cualquier persona interesada en las temáticas psicológicas y culinarias, están todos invitados a este rincón bibliográfico de maridaje entre la psicología de la felicidad y la gastronomía. Aquí, al contrario de los Top y Máster Chef televisivos, no se expulsa a nadie; son bienvenidos quienes tengan hambre de emociones y creatividad. Para saciarla te ofrecemos un abundante y rico menú (entrantes, primer y segundo plato y postre) con el que alimentar tu corazón afectivo, en el bien entendido de que buscas un libro que te ayude a cambiar la realidad cambiándote a ti mismo. Porque, como señala un sabio amigo, la puerta del cambio se abre para y desde dentro. Por tanto, el efecto que tenga el contenido de estas páginas sobre tu vida, estimado lector, depende de ti, de que gires el pomo y tires hacia tu interior. Tienes en tus manos un manual de aplicación psicopedagógica de la gastronomía como herramienta para la educación socioemocional, en el que la cocina socioafectiva se entiende como una recreación del espacio de elaboración culinaria al servicio de una metáfora de la educación de los sentimientos. Deseo que como el libro de cocina de Tita, la protagonista de "Como agua para chocolate", este les aporte algunas pistas para seguir en el camino de búsqueda de su propia felicidad. ¡Que les aproveche! Antonio F. Rodríguez Hernández, es Profesor Titular de Psicología de la Educación de la Universidad de La Laguna (Islas Canarias) y entre otras imparte la asignatura de Educación Emocional. Sus líneas de trabajo docente e investigador son la Educación Socioafectiva y de la Creatividad. Sobre estas materias ha publicado varias aportaciones bibliográficas. Ha sido director técnico de multitud de proyectos de acción social y formativos aplicando los ejes socioafectivos y creativos a temáticas de alta preocupación social: inserción laboral, prevención del abandono educativo, interculturalidad... Y en relación al contenido de este libro confiesa que le gusta comer, pero disfruta mucho más dando de comer, como signo de su clara vocación de maestro, de alimentador de mentes y corazones.