El presente libro afirma que, en base al texto de las Escrituras, la función profética es algo mucho más amplio y complejo y abarca no solamente la denuncia del mal, sino también el llamado al arrepentimiento, el anuncio de juicio para el pueblo de Dios y para sus enemigos, el anuncio de restauración después del juicio y la presentación de una nueva realidad futura acorde con los valores del Reino de Dios. Considera que la misión del profeta es también de carácter utópico y soñador, que los profetas sueñan con un nuevo mundo e invitan a sus oyentes y lectores a soñar juntamente con ellos, algo que el teólogo norteamericano Walter Brueggemann cuyos conceptos el autor usa como marco teórico de su investigación define como «imaginación profética».
En consecuencia, entiende que es misión de la educación teológica comunicar esa imaginación profética, por lo que los educadores teológicos y la educación teológica como función de la Iglesia deben constituirse en profetas contemporáneos.
Pensado en primera instancia para el mundo académico pero que, debido a la importancia y al realismo de sus denuncias y recomendaciones, todo líder y toda persona involucrada en ministerios cristianos en America Latina debería leer sin falta.