El texto principal es acompañado de píldoras informativas gracias a las cuales descubriremos, entre otras cosas, la frecuencia del sonido o los aparatos que hemos utilizado para conservarlo y grabarlo; y, al final del libro, una pequeña recomendación de sonidos que merecen la pena escuchar.
Con una propuesta gráfica innovadora y un uso armónico del color, Romana Romanishin y Andréi Lesiv evocan sensaciones que parecieran ser solo tangibles con el sentido del oído.