El bando «nacional» que venció en la Guerra Civil se mantuvo en el poder durante decenios. Era un conjunto cimentado en la lucha y formado por el ejército, la Iglesia, el partido único creado en 1937, los carlistas de la Comunión Tradicionalista -no siempre integrados en el partido-, los alfonsinos (después juanistas) de Renovación Española, sectores patronales, empresariales, propietarios agrarios y aún decenas de miles de medianos y pequeños campesinos, así como sectores de las clases medias urbanas.
Pese a un programa fundamental compartido de anticomunismo y antizquierdismo en general; oposición a la democracia y al liberalismo; catolicismo; uso de la violencia como arma política; y antimasonería; el franquismo incluía sectores distintos que competían a la hora de ganar cuotas de poder, o el poder total. Las poco estudiadas luchas entre franquistas nada más terminar la guerra constituyen la fascinante historia que marcó el devenir del régimen y sus equilibrios internos los siguientes cuarenta años.