Argumento de Flora Amenazada de la Provincia de Almería: Una Perspectiva desde la Biología de la Conservación
La cuenca mediterránea ha sido reconocida por los expertos en biodiversidad como uno de los puntos de mayor interés del planeta. Para los biólogos de la conservación esto equivale a decir que estamos en un "punto caliente", una zona de capital importancia para salvaguardar la diversidad planetaria. Pero no es esta la única connotación que lleva aparejada la designación de un punto caliente, también acarrea un fuerte grado de amenaza. Inmersa de lleno en el contexto mediterráneo, la flora vascular de la provincia de Almería tiene más de 120 especies sometidas a algún tipo de amenaza, repartidas entre las zonas de montaña (Sierra Nevada, Sierra de Gádor, Sierra de los Filabres y Sierra de María) y los desiertos. No deja de ser curioso que los paisajes malditos de aire desolado contengan casi la mitad de estas especies amenazadas. Situadas a barlovento de las montañas béticas, las tierras subdesérticas demuestran a quien se deja cautivar por su belleza y riqueza que su flora es original hasta el punto de que sirve para definir un territorio que la biogeografía separa con gran nitidez de otras unidades o "provincias" corológicas. Si Sierra Nevada y el conjunto de las Béticas constituyen uno de los puntos de mayor diversidad de Europa y del Mediterráneo, los territorios áridos de Almería encierran algunas de las rarezas más valiosas de nuestra herencia natural. Montañas y desierto, dos mundos distintos, dos floras que tenemos que preservar. Hoy en día, la conservación de la biodiversidad necesita más que nunca de las ciencias y sus aplicaciones. Esto quiere decir que tenemos que apoyarnos en una gran cantidad de pilares procedentes no sólo de las ciencias biológicas, sino también en aquellas enseñanzas que nos han proporcionado la gestión de los recursos naturales. A todo ello hay que sumar otras disciplinas de carácter social, jurídico y económico. Aún así, nada funcionará si nos olvidamos de incluir en la planificación a los pobladores de los espacios que encierran la riqueza biológica, responsables principales de su custodia. La Biología de la Conservación aspira, desde esta óptica plural, a conservar la biodiversidad y a extraer de hombre y mujeres sus mejores cualidades en la búsqueda de este propósito. Este libro sólo pretende ayudar un poquito en esta tarea y a introducirnos en las bases científicas necesarias para la conservación de la flora.0