¿Qué fin tiene en su vida una flor? ¿Darnos su bello colorido? ¿Acaso su fragancia? A pesar de su aparente fragilidad y delicadeza, una flor alza sus hojas, su vida; si es necesario a través del duro hormigón, rompiendo fronteras? en una acera cualquiera, porque es una espada coronada en su belleza con alma de poesía; esa poesía que le da el aliento, y que alza su voz, desde la tierra rota; y tu voz y mi voz las hace arena fina, para mecerlas en el viento y llevarlas a cada rincón. Dolores A. Giménez