«Este es el bello ideal de una sociedad que ya solo cree en el dinero y que existe únicamente a través de las leyes fiscales y penales.»
En su particular anhelo por cambiar el mundo a través de la literatura, en esta Fisiología del funcionario nos encontramos con un Balzac desconocido; convertido ahora en un panfletista incisivo y virtuoso que nos descubre el funcionamiento de la administración.