Por otro lado, la creciente internacionalización de la economía española en ambas direcciones, es decir, la mayor presencia de empresas extranjeras en España y la mayor actividad de nuestras empresas en el extranjero, motivado, principalmente, por los procesos de integración regional, como en el caso de la Unión Europea, así como la globalización de los mercados, conlleva que la fiscalidad internacional haya tomado un papel relevante en el contexto del comercio internacional, y con ella la planificación fiscal internacional. Ahora bien, si tenemos en cuenta las características que están presentes en las empresas de carácter familiar podríamos decir que, tal vez, sean las mejor llamadas a la internacionalización y a planificar fiscalmente sus inversiones en el exterior. La prudencia en la toma de decisiones a la hora de arriesgar el capital y la flexibilidad de sus estructuras para adaptarse a nuevas coyunturas económicas las hace las candidatas perfectas a la hora de utilizar las técnicas de planificación fiscal internacional. Pues bien, esta circunstancia es la que justifica que el último capítulo de esta monografía esté referido a estos temas.