Fernando el Católico era ampliamente conocido en toda Europa al morir, y en sus últimos tuvo conciencia del papel fundamental que le había tocado desempeñar en los negocios del mundo. "A las cosas que los malos dicen al emperador contra mí escribe en enero de 1514 en carta a su embajador Pedro de Quintana en la corte austriaca, ante las preguntas del emperador Maximiliano una sola cosa habéis de responder, que ha más de setecientos años que nunca la corona de España estuvo tan acrecentada ni tan grande como ahora, así en poniente como en levante, y todo después de Dios por mi obra y trabajo."
La figura histórica de Fernando el Católico, rey de Aragón, Castilla y las Dos Sicilias, marca una serie de acontecimientos decisivos, como la unión de reinos peninsulares, la Guerra de Granada, la expulsión de los judíos, el descubrimiento del Nuevo Mundo y la conquista de Nápoles. Se trata de un momento definitorio de la Historia de España que señala el tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna y tuvo en el monarca aragonés a su principal protagonista. Con razón pudo decir Felipe II: "A este lo debemos todo."