Aparte de dibujar, Félix no sabe hacer nada de nada. Es el desastre más desastroso que nunca hayas conocido, un auténtico perdedor que enlaza una calamidad con la siguiente. Pero en su vida ha aparecido Charleen: la nueva, encantadora y bellísima compañera de clase. Por desgracia, Félix tampoco tiene lo que se dice un aspecto interesante, por lo que, si quiere impresionar a la chica de sus sueños, deberá reciclarse de pies a cabeza. ¿Será capaz? ¡Se admiten apuestas!