Este libro propone una serie de adivinanzas y problemas recreativos, enmarcados en el reinado de Felipe II, el rey prudente, defensor e impulsor de las Matemáticas. Durante su reinado, y en lo concerniente a la ciencia, fue un personaje abierto a todo el saber científico y un gran protector del estudio de las Matemáticas. Convencido el rey de que la carencia de artilleros (era necesario contratar artilleros italianos para los ejércitos del imperio), y de que la profusión de errores en la confección de las cartas de navegar, se debían a una falta de formación matemática, Felipe II decidió instituir una Academia de Matemáticas en Madrid. También Felipe II y su arquitecto Juan de Herrera quisieron que la Biblioteca del Monasterio de El Escorial fuera un auténtico culto a la Matemática, prueba de ello es que en su amplia bóveda está representado todo el saber del momento.