Argumento de Felipe Ii, la Mirada de Un Rey
Hubo una vez un rey cuyos ojos sobrecogía a quienes por primera vez se presentaban ante él; un rey que gobernó un gran imperio, extendido sobre "tierras firmes e islas" de los cuatro continentes conocidos, divididas por mares y océanos del mismo color azul grisaceo que sus ojos. Tan grandes eran sus posesiones que nunca pudo verlas todas en persona, pero sí leyó decenas de miles de cartas y de libros, donde los monumentos, los paisajes y los deseos y problemas de sus habitantes se materializaban ante su mirada día tras día. Sus ojos, al leer, no eran menos escrutadores que ante cualquiera de sus súbditos. Cuentan que santa Teresa de Jesús palideció en su audiencia ante el monarca, pero no fue la única. Los contemporáneos describen como los predicadores enmudecían, los suplicantes se tiraban al suelo y los hidalgos olvidaban (ante aquella mirada) el negocio que los había traído hasta el monarca.1Prólogo.- I. "¡... por la gracia de Dyos, príncipe de Spaña!".- II. En manos de mujeres (1527-1532).- III. El niño y el caballero (1532-1534).- IV. "Es una cera molla": el aprendizaje de un perfecto príncipe.- V. La educación de un príncipe cristiano.- VI. "Yo comencé a gobernar el año de 1543".- VII. "Soy zagalejo, soy pulidillo".- VIII. El sueño del Imperio: el "felicísimo viaje" (1547-1551).- IX. El fin de los sueños: las abdicaciones de Bruselas (1552-1555).- X. "A donde de todos será mirado y juzgado" (1556-1559).- XI. La consolidación de la nueva Monarquía (1559-1564).- XII. El inicio de la pesadilla: Flandes y don Carlos (1564-1568).- XIII. "Ad Dei laudem et gloriam" (1569-1572).- XIV. El desempeño de la Corona (1573-1578).- XV. El triunfo del primer "rey Planeta" (1579-1583).- XVI. "¡Albricias, Isabel, albricias!" (1584-1588).- XVII. "A las Descalzas fue medio dormido" (1589-1594).- XVIII. "Si el rey no acaba, el reino acaba" (1595-1598).