Este libro recoge elementos diferentes de los que Sevilla es depositaria, pero que pese a sus valores estéticos y artísticos son ajenos a la mayoría ciudadana. Son obras trabajadas en soportes diferentes y ubicadas en espacios marginales. Contemplándolas, entramos en contacto con un mundo fascinante en el que se entrecruzan religiosidad, fantasía y paganismo. Se trata de buscar respuesta al sentido de las figuras marginales, que componiendo actitudes amenazantes, fantásticas, terroríficas o incluso cómicas, vemos asentarse desde el gótico y parte del renacimiento, bajo mil formas y actitudes. Son marginalidades escenificando formas y gestos diferentes sobre tres soportes: piedra (gárgolas), papel (decorativamente en los márgenes de los manuscritos) y madera, las misericordias, que esconden su marginalidad en resaltes, ocultas bajo los asientos del coro. Son tres casos o modos globalizados de pedagogía religiosa y, del mismo modo, autocrítica. Todo esto es una muestra de la internacionalización del arte religioso en el mundo cristiano, en las que apreciamos una aparente condescendendencia de la jerarquía religiosa hacia la labor de los artesanos encargados de aquellos trabajos. En estas figuraciones abyectas, perturbadoras, grotescas o satánicas, hay una vena iconográfica de insospechadas alusiones morales. Las ilustraciones de este libro, plantean una estética de lo feo, como analogía entre lo feo y el mal moral, estableciendo la moralización de lo monstruoso.