Armada con una virtuosísima técnica de collage de citas y materiales, la novela avanza como una bomba cuya espoleta se activa astutamente al final. La parodia de registros, y sobre todo el humor, hacen de su lectura un verdadero festín. Y vuelve a demostrarnos que no hay medio mejor para contar una época que las fabulosas narraciones en lugar de historias.
Provocadora, explosiva, pero dominada con mano maestra, Fabulosas narraciones por historias fue para el reducido grupo de los que la leyeron en su momento uno de los hitos más indiscutidos de la reciente narrativa en español, que el paso de los años no ha hecho sino acrecentar. Era hora de darle un nueva oportunidad.