Hemos reunido en esta obra los artículos que pueden constituir, propiamente hablando, un código de moral universal, sin distinción de culto; en las citas hemos conservado todo lo útil al desarrollo del pensamiento, quitando o separando sólo las cosas extrañas al objeto. Por lo demás, hemos respetado escrupulosamente la traducción original de Scio, así como la división por versículos.
Muchos puntos del Evangelio, de la Biblia y de los autores sagrados, en general, nos son ininteligibles, y muchos de ellos sólo nos parecen irracionales por falta de la clave que nos haga comprender su verdadero sentido; esta clave está completa en el Espiritismo, como han podido convencerse de ello aquellos que lo han estudiado formalmente, y como se comprenderá mejor aún en lo venidero. El Espiritismo se encuentra por doquiera, así en la antigüedad como en las demás épocas; en todas partes se encuentran sus huellas, en los escritos, en las creencias y en los monumentos, y por esta razón, se abre nuevos horizontes para el porvenir, también arroja una luz no menos viva sobre los misterios del pasado.
Esta obra es para uso de todos; cada uno puede sacar de la misma los medios de arreglar su conducta a la moral de Cristo. Además, los espiritistas encontrarán en ella las aplicaciones que les conciernen más especialmente. Desde hoy en adelante, gracias a las comunicaciones establecidas de una manera permanente entre los hombres y el mundo invisible, la ley evangélica, enseñada a todas las naciones por los mismos espíritus, ya no será letra muerta, porque todos la comprenderán y será inducidos incesantemente, por los consejos de sus guías espirituales, a ponerla en práctica.
Las instrucciones de los espíritus son verdaderamente las voces del cielo que vienen a iluminar a los hombres y a convidarles a la práctica del Evangelio.
ALLAN KARDEC
Su verdadero nombre era Hipólito León Rivail.
Nació el 3 de octubre de 1804 en la ciudad francesa de Lyon. Comenzó sus primeros estudios en Lyon y después los completó en Yverdun (Suiza) con el célebre profesor Pestallozzi de quien muy pronto se volvió un consagrado e inteligente colaborador. Se hizo profesor y doctor en medicina y después se instaló en París, donde fundó un instituto semejante a los de Yverdun.
En 1854 Rivail oyó hablar por primera vez de las mesas giratorias y al ser insistido por sus amigos de asistir a estas sesiones, no se recusó en ello. A partir de conocerlas, empezó a interesarse en ellas y a asistir de manera continuada a estas reuniones. En ellas, un día recibió una comunicación de un espíritu protector que decía haberlo conocido en una vida anterior, en el tiempo de los druidas, cuando vivían juntos en un pueblo galo. Este espíritu se llamaba Allan Kardec y prometió ayudarlo en una tarea mucho más importante para la que fue designado.
El primer libro que Hipólito León Rivail publicó con esfuerzo propio ante la negativa de las editoras, fue el Libro de los Espíritu. Éste era un volumen de 500 páginas impreso a 2 columnas, de las cuales en la de la izquierda aparecían las preguntas a los espíritus y en la de la derecha las respuestas dadas. Contenían los principios de la doctrina espiritista sobre la naturaleza de los seres del más allá, así como sus manifestaciones y relaciones con los seres humanos, las leyes morales, la vida presente y futura y hasta lo que estaba por venir en la humanidad.
Cierto día los espíritus revelaron a Kardec que le quedaban 10 años de vida y lo exhortaron a que adelantara su obra, fue así que publicó un opúsculo el que tituló: El espiritismo en su más simple expresión, fundó una sociedad, luego una revista espiritista y su obra cimera El libro de los Médiums, que se publicó en 1861. En 1864 publicó El evangelio según el espiritismo y finalmente, en 1868, El Génesis, los milagros y las predicciones según el espiritismo. En abril de 1858, sabiendo que el plazo fijado se acercaba, Kardec fundó la sociedad de estudios espiritistas y ya para entonces sus seguidores sumaban más de 30 mil.