Europa es una extraña entidad, mezcla de realidad y ficción. Desde el mismo mito de Europa, como princesa fenicia raptada por Zeus convertido en un toro blanco y llevada a Creta, hasta el discurso actual que promueve una idea de Europa como entidad transnacional, nos hallamos frente a la realidad de Europa como cuna de ideas e idea ella misma. Europa, desde la racionalidad de los griegos hasta la crisis de la razón actual, ha pensado sobre sí misma al preguntarse por la razón. Podemos decir, de alguna manera, que Europa se piensa a sí misma al pensar en la razón humana. Esta autoconciencia de Europa a través de su historia, en sus aciertos y en sus desmanes, en sus vicios y en sus virtudes, es el objeto de estudio necesario en la actual construcción de la identidad europea. Una vez más, pensar sobre sí misma se vuelve para Europa un acto vital.