Pero el resplandor del rostro de Poe ante el editor no lo provoca sólo su reciente recaída en el alcohol y el láudano, es la convicción del artista que, en el colmo de la inspiración, cree haber descubierto la verdad absoluta como una revelación: la explicación sencilla y última de todos los fenómenos del Universo. El grial que la ciencia experimental lleva buscando afanosamente desde hace siglos hallado por un poeta, aficionado a la astronomía, gracias a un relámpago de genio.