Para la mayoría, la ética no es más que una mera exposición y discusión de los deberes positivos y negativos que tendrían que regir el comportamiento humano. Pero esa concepción de la ética queda coja. Le falta el desarrollo de la vida buena y la felicidad, dos aspectos sumamente importantes y a los que no se les presta la necesaria atención.
A esa otra ética, la ética erótica, que no habla de obligaciones, sino que aconseja y recuerda, que abarca todo tipo de ámbitos y contextos, tanto de la vida pública como de la privada, dedica Javier Sádaba este libro.
Porque esa es la ética que atiende a nuestros deseos teniendo siempre presente, frente al realismo chato, que somos un haz de posibilidades.
Con humor, con sensibilidad y con elegancia, el autor de La vida buena defiende en esta obra la imaginación, los distintos placeres y el respeto a las diferentes formas de sentir, y reivindica, de forma apasionada, una ética que dé la palabra a los sentidos, a los sentimientos y, de manera muy especial, a los deseos.