Argumento de Etenko y los Patines Maravillosos
La imagen que la literatura clásica vino dando de las niñas y de las mujeres en general no es sino el reflejo que la propia sociedad tiene de ellas: unos seres pasivos, secundarios, ajenos a la épica y al protagonismo reservado nada más para los varones. Este estereotipo sigue vigente todavía en tres cuartas partes del mundo, África, Asia, Latinoamérica, e incluso en ese llamado primer mundo, en el que el recorrido vital y profesional de las jóvenes sigue teniendo grandes obstáculos para poder llegar a lo más alto. Pese a ello, y de la mano de algunos grandes escritores y escritoras, también la literatura infantil y juvenil ofrece otros modelos de niñas listas, ocurrentes, innovadoras, contestatarias, luchadoras contra unos modos de vida que las minusvaloran. Alicia, Pippi, Matilda
podrían ser unos ejemplos de esas chicas que también quieren ser protagonistas de sus propias vidas y son capaces de salirse del papel que construyeron para ellas. Etenko sueña con patinar, con volar, con salirse de esa realidad que la empequeñece. Etenko sabe que hay que luchar contra muchas leyes, incluso contra esa que nos amarra a la tierra: la ley de la gravedad. Por eso los sueños de Etenko son tan importantes, porque la ayudan a construir otro mundo alternativo que, para que pueda existir, primero hay que imaginar. Etenko no necesita hablar para hacernos soñar a nosotros también.0