Como Rector, me enorgullece la implicación social y académica de quien también ha sido miembro del Claustro, del Consejo de Gobierno de la UVa y de la Junta de Facultad. Sin olvidarme, obviamente, de que fue el encargado de la creación y puesta en marcha de la Licenciatura de Periodismo de esta institución.
Mal haríamos si no reconociéramos su inestimable defensa de la aportación de la prensa en el análisis de la propia historia. Una cuestión controvertida en su momento pero que desde hace años se ha puesto claramente en valor. De la lectura y disección de la información escrita se pueden comprender muchas cosas y contextualizar lo que sucede al conjunto de una sociedad. Las noticias, las ilustraciones y hasta la publicidad son elementos que, gracias al empuje y a la convicción de Celso Almuiña, son hoy en día instrumentos de primer orden para entender la realidad y la historia.
Por todo ello, y por muchas otras razones, quiero desde este espacio dar las gracias a Celso Almuiña, a su compromiso con la que es, y siempre será, su casa: La Universidad de Valladolid. Y mi enhorabuena a todos cuantos han contribuido a este libro vea la luz, una obra que también formará parte de nuestra propia historia más reciente.