Hacía quince años que Jordi Puntí no publicaba un volumen de cuentos. Ahora regresa al género por la puerta grande uno de sus más dotados cultivadores en activo. Aquí destila historias sobre la edad adulta, con personajes en fuga, rebeldes en busca de su lugar en el mundo, pinceladas de desamor, añoranza del pasado o de historias no vividas... Barcelona y sus calles están presentes en varios de los cuentos, pero si hay un hilo conductor que los une secretamente es la música: canciones que suenan al final de una fiesta, que deshacen la tensión en el interior de un coche, unen destinos inesperados... De ahí surge el título, que hace referencia a un tema de Bowie y Pat Metheny compuesto para una película de espías o aspirantes a espías, como son aspirantes a cosas muy diversas los personajes de estos cuentos.
Puntí construye sus historias con sutileza, finísima capacidad de observación y un humor siempre presente, aunque muchas veces la sonrisa se acabe helando en los labios. El resultado son nueve muestras de la excelencia de un autor elogiado por la crítica como un cuentista deslumbrante.