Fernando Bellver se adentra de la mano de historiadores y cronistas de la época, ya desde el islam o desde la cristiandad, para comprender el desarrollo de los acontecimientos, las formas de vida, los cambios en la población, las ciudades, el campo o la legislación de las dos culturas, que se influyeron de forma recíproca y legaron una cultura que podríamos denominar ibérica. Hablamos de un tiempo con oscuridades, violencia y odio, pero también de períodos de grandes progresos en la medicina, la tecnología o los estudios. Es imperativo entender que las influencias de los distintos pueblos enriquecen y explican la historia y no se puede entender la península sin la cultura romana, cristiana, visigoda o musulmana, porque todas forman parte de un legado, y entender que este no se borra con conquistas, reconquistas o expulsiones nos ayuda a comprender nuestro presente.