El autor examina las contradicciones y los problemas a los que lleva el «esencialismo democrático» al hilo del análisis de una serie de tópicos de la filosofía política actual, como son los ya clásicos pares de oposición entre autogobierno y Constitución, o la democracia directa frente a la representativa, o la teoría deliberativa comparada con la contractualista liberal. Aunque también aplica este mismo punto de vista crítico del esencialismo democrático a asuntos más prácticos y contextuales, como son el tan discutido principio de autodeterminación nacional de las entidades subestatales o su reclamación de soberanía, sea exclusiva o compartida.
Se trata, en definitiva, de poner de relieve la imposibilidad de reducir la democracia a un solo principio y la necesidad de aceptar su particular condición compleja y tentativa si se desea que funcione menos insatisfactoriamente. La solución de los problemas sempiternos de nuestros regímenes de gobierno no se encuentra en dotarlos de «más democracia», sino en conseguir que esta trabaje mejor