Así que cuando su profesor de literatura comunica a sus padres -un nuevo rico que no acaba de adaptarse a las élites sociales y una siempre insatisfecha señora bien que ha depositado en Carley todas sus ansiedades- que su hija no muestra ningún inquietud intelectual, los señores Wells deciden tomar cartas en el asunto. Su solución es contratar una escritora, como quien contrata a un jardinero nuevo, para que cree una novela para Carley y convenza así a su hija de los parabienes de la literatura.
Sin embargo, Carley no es la apática niña corta de miras que todos creen ni Hunter el modelo a seguir que todos imaginan. Y cuando Bree McEnroy, autora de un solo libro sin ningún éxito de ventas, llega a Fox Glen para escribir el libro para Carley, desencadenará con su presencia un estallido de realidad.