En Esclavitud y libertad en los Estados Unidos, Morgan encuentra la génesis del problema en el pasado colonial de Virginia, la más antigua y rica colonia inglesa en América, donde el cultivo del tabaco en grandes plantaciones sometió a trabajadores serviles blancos y esclavos africanos al mismo régimen opresivo. La primera reacción colectiva contra este régimen provino de los blancos pobres quienes encabezaron en 1676 una violenta rebelión.
Fue la ampliación del número de esclavos lo que permitió reemplazar a los trabajadores serviles blancos en las plantaciones. Así, el racismo emergió como la ideología política unificadora de las elites y los blancos pobres para garantizar la paz social. A la esclavitud africana se opuso desde comienzos del siglo XVIII la libertad de los blancos, miembros exclusivos y solidarios de una república racialmente homogénea.
Para Morgan esta solución política inaugurada por la elite de Virginia madurará en el siglo XIX en el racismo popular que subsistirá en los Estados Unidos hasta mediados del siglo XX.