Esclavas sexuales es un recorrido por el escándalo de la esclavitud sexual forzada durante la Segunda Guerra Mundial.
Las fuerzas armadas japonesas establecieron burdeles militares en los países ocupados, donde forzaban a trabajar en condiciones espantosas a las esclavas, a las que llamaban «mujeres de consuelo». Su número podría haber ascendido a 200.00 mujeres, y entre ellas había chinas, coreanas, taiwanesas, indonesias, tailandesas, vietnamitas e incluso japonesas, holandesas y australianas. En los momentos finales de la guerra, Japón destruyó toda la documentación que pudo sobre el tema, pero Yoshiaki descubrió en 1991 documentos oficiales que demostraban su existencia y que obligaron al gobierno japonés a tener que aceptar aunque sólo parcialmente que la esclavitud sexual había sido una realidad. El tema continúa siendo objeto de apasionado debate en Japón y ha envenenado sistemáticamente las relaciones políticas entre este estado y los antiguos países ocupados, en especial China.