Tras numerosos encuentros con él, Guy Delisle decide contar su historia. Un testimonio desgarrador, angustioso y, a veces, impredecible, en el que cada viñeta muestra las dudas y la larga espera de un hombre cuya vida puede interrumpirse en cualquier momento. El autor de Pyongyang, Shenzhen, Crónicas birmanas y Crónicas de Jerusalén consigue poner en imágenes de una gran sutileza la historia y peripecias de un rehén en Chechenia.
Christophe André pasará en total 111 días en manos de sus secuestradores. El lector asiste a las reflexiones y a los altibajos en el estado de ánimo de un hombre sometido a un suspense continuo, a pesar de que su vida cotidiana se reduce a estar esposado en una pequeña habitación: unos rayos de sol que se cuelan a través de las planchas que tapian su única ventana constituyen su escaso contacto con el exterior.