Se cubría con una larga capa azul y un sombrero puntiagudo con lunares plateados que simulaban estrellas en el cielo nocturno. Delgado y alto, parecía el más viejo de todos los artistas, pues tenía una barba blanca muy larga.
El Gran Mago Minler brillaba en la oscuridad gracias a su traje. Lentamente, elevó los brazos y, de repente, justo cuando la música cesó, una gran explosión de luz surgió de sus manos...