sabe disfrutar de la vida más que tú?
Una vez conocí a un hombre que me dijo:
«¡Durante años estuve tan deprimido que rogaba diariamente a Dios que me hiciera levantarme tan feliz como mi perro!». Me fui a casa y observé cuidadosamente a mi perro Tragoncete, que es feliz todo el tiempo. Vive en un estado permanente de descubrimiento y deleite.
Se me hizo evidente que Tragoncete sabía algo que yo desconocía (o que al menos no recordaba). Así que decidí estudiar su comportamiento para ver qué era aquello que él hacía y que yo me estaba perdiendo.
Del profesor Tragoncete aprendí lo siguiente:
* Ama para ser amado
* Pide aquello que quieras
* Mantén tu ojo fijo en la pelota
* Dale tu corazón a alguien
* Suéltate de la correa de vez en cuando
* Escarba donde estén enterrados los verdaderos huesos
* No te conformes con cualquier cosa
* Sueña, pero mueve los pies