César Cálvez, «Gusanito», es un joven que se encuentra al margen. Siente que la vida le queda lejos, que lo dejó de lado. Y más ahora que lo han echado del trabajo. Los días, en el calor asfixiante de la ciudad en verano, se le van sin saber cómo. Se refugia en el balcón, en los videojuegos, en los chats. «Somos», le dice Janislyn, su brillante compañera de conversación virtual, «la escoria. Lo que quedó cuando apartaron el material bueno.» Los días pasan sin fin y se pregunta cuándo tocará fondo. Mientras hace cuentas, mientras desciende a su particular infierno, descubre facetas jamás soñadas y lentamente empieza a cruzar líneas prohibidas. En el fondo de su mente va latiendo una idea, la de reestablecer una suerte de equilibrio. Pero, contra lo que espera, acaba descubriendo que hasta los espectros pueden encontrar una tabla a la que agarrarse. Agarrado a ella, Gusanito querrá transformarse, y soñar una nueva mutación. Una historia descarnada, sobre la soledad de quienes luchan por salir adelante cuando lo han perdido todo, un espejo de las angustias de nuestros días, del signo de los tiempos.