Tras su secuestro, siendo niña, la india Catalina fue educada a la española, convertida al cristianismo, no volvió a vestir prendas indígenas, contrario a la estampa de su monumento en Cartagena, y fue el factor principal para que se desarrollara la conquista de América en los territorios aledaños a Cartagena de Indias ?iba tras la «salvación» de su pueblo nativo apóstata?, y por esto es también iniciadora de la América mestiza que habitamos, que tenemos como único legado para mejorar. Pero Catalina es también alegoría de la derrota de la América Mestiza, que sacada a la fuerza de su rumbo original, tras elaborar uno nuevo, vuelve a ser abatida por el desengaño y forzada a otro camino: la campaña conquistadora, la evangelización cristiana, la ingrata vida marital con Pedro de Heredia, la emancipación, los nuevos caminos siempre en proyecto. A más de revelar nuevas informaciones sobre la Historia de América en el siglo XVI, muchas extraídas del Archivo General de Indias, los textos de este ensayo proponen un nuevo punto de vista autocrítico para examinar lo que semeja un intento, siempre repetitivo y fallido, de volver al principio para pretender avanzar, pero más bien quedando siempre atrapados por el propio miedo de salir adelante. Se propone una nueva mirada sobre la América mestiza que aparenta no haber cambiado mucho en sus más de 500 años de edad.