Con la muerte de su amada Tess, el soldado Andrew, Andy, entró en una espiral de destrucción de la que no sabe salir. No puede pensar en otra cosa que en una frase, oída no sabe cuándo ni a quién, que dice que a todo hombre le corresponde una bala que lleva su nombre grabado. Se ha vuelto una sombra de lo que fue, se ha convertido en una caricatura de lo que quiso ser. Viaja por el mundo acompañado por una bala, en la que él mismo grabó su nombre