En una serena atmosfera que se traspola de la humanidad sensible a lo profundo del sentir desde el corazón, y narrado tibiamente en un lenguaje sin tropezones, los cuentos inmensos de Olga Elena Martínez, escritora que delinea con suavidad, historias que ascienden con su fuerza poética y se mantienen con su ritmo en los espacios a veces intangibles, a veces terrenales de estos personajes que suelen generarnos sentimientos encontrados por tener un carácter que desgarra o una personalidad que enternece. En la lectura de estos cuentos se presiente, se intuye, por momentos un dolor, una alegría, línea a línea quiere uno continuar para llegar al final de la trama, a veces amargamente hermosa, en otras se grisea la vida, al final sentir el amor y la nostalgia por lo vivido en aquel trasegar humano, por la otredad, los encuentros y desencuentros; el desamor golpea al que se va, al que se queda, a quien está en medio, pero el tiempo los pondrá en un lugar donde el dolor nos es más que recuerdo, les dará la distancia y sapiencia para entender aquello como un medio de aprendizaje. El cuento colombiano como ejercicio de síntesis tiene en la narrativa de Olga Elena Martínez una representante de valía, porque no le teme al riesgo de contar historias a su manera desde lo técnico y a dejar desgarrar su alma. (Gustavo Henao Chica)