El texto narra una serie de hechos que tuvieron lugar entre julio de 1942 y mayo de 1945, contados desde el punto de vista de Peter van Pels, uno de los ocupantes del Anexo en el que vivió durante unos dos años la familia de Peter, acogida por la familia de Ana Frank, la cual reflejó en su diario la vida en dicho refugio.
En este caso, el texto se divide en dos partes:
En la primera, Peter nos relata la vida cotidiana en el Anexo, hasta agosto de 1944, haciendo hincapié en la personalidad de cada uno de los ocupantes, y contando su relación personal con Ana Frank; al principio se llevan bastante mal, pero, poco a poco, la relación entre ambos mejora y Peter llega a enamorarse de Ana, la cual también parece muy interesada; sin embargo, llega un momento en que Ana empieza a mostrarse más distante, solo empeñada en escribir y dejar constancia para la posteridad de sus vivencias en esos momentos tan terribles.
En la segunda parte, Peter, gravemente herido en la enfermería del campo de Mauthausen, rememora todos los sufrimientos que ha pasado desde que fue detenido en el Anexo hasta llegar al campo de Auschwitz, y todas las penalidades que allí tuvo que soportar, cómo fue perdiendo a todos los compañeros del Anexo (sus padres, Ana y su hermana Margot), menos al padre de Ana, Otto Frank (que a la postre fue el único superviviente), al que también abandonó en el campo Auschwitz, cuando fue trasladado a Mauthausen.
Peter nos cuenta que su único objetivo para sobrevivir a todas esas penalidades era contarlas, como le había dicho Ana Frank.