Morgan se disponía a atender a su siguiente paciente y se encontró con que la herida era la mujer a la que llevaba cuatro años echando de menos... y ahora tenía un niño.
Al verlo a los pies de su cama con el pequeño Tomás en brazos, Katrina sintió que su sueño de adoptar al niño junto a Morgan y así recuperar su matrimonio sería muy difícil de realizar. Morgan siempre había estado en contra de la adopción, así que lo mejor sería que intentara convencerlo con mucha delicadeza, muy despacio. Lo cierto era que sabía que no tenía demasiadas oportunidades... a no ser que el encanto de Tomás hubiera cautivado a Morgan de la misma forma que lo había hecho con ella...