Encuadernación: Rústica
En esta nueva era los circuitos disciplinares de intercambio de programas de conocimiento se superponen e interrelacionan de formas muy diversas: la neurología, la biología, la economía, la psicología, la lingüística, el derecho, tienden puentes. Y lo hacen con una enorme variedad de efectos culturales imposibles de abordar en el marco de la perspectiva epistemológica más concéntrica correspondiente a décadas anteriores.
Nuevos paradigmas teóricos, entre ellos, el enaccionismo y las teorías sobre el oyente activo, han debilitado los fundamentos conceptuales de la vieja teoría. La teoría de la enacción que vertebra este monográfico, defiende desde sus orígenes esta perspectiva regionalista dinámica del lenguaje, y nos ayuda a analizar de un modo más matizado los flujos intrincados y multidireccionales de aquel a lo largo y ancho de la realidad léxica de las lenguas, haciéndolo desde cinco perspectivas: la neurolingüística, la fenomenología, la morfopragmática, la traductología y los lenguajes de especialidad (culturales, massmediáticos y legales).
En lugar de la imagen de la lingüística como ciencia dominadora de esa suerte de tercer mundo periférico constituido por el resto de las ciencias del conocimiento, con un flujo de productos metodológicos proyectados hacia afuera (estructuralismos, postestructuralismos, generativismos, etc.), somos ahora capaces de ver que el lenguaje, como el cerebro que lo alberga, se divide en una serie de dinámicas funcionales, cada una de ellas con su propia idiosincrasia, además de sus vínculos a escala global.