Ella había prometido hacer cualquier cosa para no perder la casa familiar... y no sospechaba hasta dónde tendría que llegar... El arrogante millonario francés Marc Delaroche deseaba a Helen Frayne como jamás había deseado a ninguna mujer en su vida. Estaba seguro de que se vendería a sí misma con tal de no perder aquella ancestral casa... y poco después comprobó que no se equivocaba cuando ella accedió a casarse con él... ¡por conveniencia! Sin embargo, Marc no tenía la intención de cumplir su parte del trato. Él quería disfrutar de todos sus derechos de esposo... ¡especialmente en el dormitorio!