El impacto que supuso para Jhumpa Lahiri el contacto directo con el italiano durante su primera visita a Florencia tras acabar los estudios universitarios fue el comienzo de un largo cortejo que, con el tiempo, se ha convertido en una honda pasión por un idioma que le es extrañamente familiar y que le despierta un irreprimible deseo de aprehenderlo y hacerlo suyo.
El primer libro en italiano de una autora de lengua materna bengalí, pero que siempre ha hablado y escrito en inglés, es el testimonio de un tenaz recorrido de descubrimiento y aprendizaje en pos de un objetivo irracional. Una obsesión que Lahiri compara con el amor no correspondido, porque atesora en sus páginas el fascinante eco de una distancia: la que siempre nos separa del objeto amado.
Así pues, Jhumpa Lahiri plasma con exquisita lucidez la adquisición de un idioma ajeno, describiendo el proceso como un período de transición, de pérdida y liberación, de tensiones y regeneración, que le permite convertirse en una escritora distinta. En otras palabras es una oda al lenguaje y a su inherente poder para definir nuestra identidad y, a la postre, modelar nuestra forma de ser y de relacionarnos.