La novela comienza en Jerusalén (70 D.C.) donde los romanos capturan y esclavizan a Yosef, un niño que sin cumplir 11 años es destinado a Hispania para trabajar como ?hurón? en las minas de plata de Oiasso. Tras años de duro trabajo, descubre un importante filón de galena argentífera, pero sufre un grave accidente y ante la ausencia del médico de la explotación lo llevan a la casa de una curandera, donde se recupera lentamente y aprende los secretos de las plantas y la lengua y costumbres de los vascones. Cayo Plinio Segundo, procurador de la Hispania Tarraconense, visita las minas de Oiasso y le ofrece la libertad a cambio de que acepte una misión que ya se ha cobrado la vida de dos legionarios: partiendo de Pompaelo, deberá recorrer la Calzada XXXIV por las tierras de los várdulos, caristios y autrigones en busca de una misteriosa salina que funciona al margen del control del Imperio. En los pliegues del viento es una novela ambientada en la Hispania romana, en un marco muy cercano a lo que pudo ser la realidad social, cultural y geográfica de los lugares y tiempos en los que transcurre la acción. Lugares y costumbres que intentan reflejar lo que figura en las escasas referencias escritas de aquella época: fundamentalmente textos de Plinio, y en menor medida de Estrabón, y en textos de autores más cercanos: Claudio Sánchez Albornoz, Julio Caro Baroja, Antonio Tovar y otros muchos que nos permiten visualizar por donde discurría la extensa red de calzadas romanas y cómo eran las ciudades, costumbres y lugares que en la novela se refieren: Oiasso, Pompaelo, Aracaeli, Alba, Tullonium, Veleia, Deóbriga, Clunia, Turiasone, Tarraco?, aunque de algunos no quedan más que los restos de alguna ruina o el cerro donde se ubicaban.