A lo largo de este tiempo de soledad, he perdido toda esperanza. Mejor dicho: se han encargado de robármela. Me han robado eso y otras muchas cosas: la felicidad, la alegría, la ilusión, la sonrisa... hace tanto tiempo que no sonrío. ¡Cabrones! Soy un ser pusiláime. ¿Qué han hecho conmigo? ¿Por qué me están haciendo esto a mí? Ya no aguanto más. No soporto más golpes, ni más humillaciones, ni más vejaciones, mi más sadismo, ni más amenazas de muerte, ni más insultos, ni más interrogatorios, ni más risas a mi costa. Sí, cada vez que pueden me aprietan hasta que rompo a llorar y luego les puedo escuchar riéndose de mi?. Pero aún no han conseguido que llore mientras me golpean. Au?n me queda un poquito de dignidad. Eso es lo único que conservo. Lo demás... me lo han quitado.»